La Organización Marítima Internacional (OMI) ha introducido una nueva norma con la que los buques deberán funcionar con carburantes que contengan como máximo el 0,5% de óxidos de azufre (SOx), una cantidad que actualmente se sitúa en el 3,5%. La medida, que entrará en vigor en enero de 2020, se enmarca en una serie de acciones que está llevando a cabo el organismo en vista a la descarbonización del sector, fijada para el 2050.
Los SOx son perjudiciales para la salud humana: pueden causar problemas respiratorios y enfermedades en los pulmones. De igual modo, pueden producir lluvia ácida y por ello, limitar sus emisiones mejorará la calidad del aire y protegerá el medio ambiente.
Esta nueva regulación implica un ligero recargo que se está aplicando desde el 1 de diciembre de 2019 en la industria del transporte marítimo, al tiempo que contribuye a un desarrollo sostenible. Este oscila en función de la diferencia que haya entre el precio del fuelóleo alto en azufre (el que se usaba hasta ahora) y el precio del fuelóleo bajo en azufre.
Las navieras han contemplado tres alternativas al combustible tradicional para cumplir con la nueva norma: el “Fuel Oil” o fuelóleos de contenido máximo de azufre al 0,5%, los combustibles con mayor concentración de azufre, pero combinados con “lavadores de gases” o “scrubbers” (sistemas de limpieza de gases de escape, de depuración de emisiones atmosféricas) y, por último, otros tipos de fuel de bajo o sin contenido en azufre, como el GNL.